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martes, 16 de octubre de 2018

La nueva farsa de Washington, sus actores y su fracasado destino

Por: Randy Alonso Falcón

Estados Unidos está a las puertas de un nuevo fracaso de su política exterior. El próximo 31 de octubre, la comunidad internacional volverá a rechazar de manera abrumadora e inequívoca el bloqueo que ese gobierno ejerce contra Cuba desde hace casi 60 años: el más prolongado asedio contra una nación que haya registrado la Historia.

Inmerso en su soberbia y tratando de buscar justificación al inaceptable genocidio contra un pueblo generoso y firme, el imperio pretende hacer su puesta en escena previa a la votación y ha organizado para este martes, en la ONU, una conferencia para acusar a Cuba, al mejor estilo reaganiano, de violación de los derechos humanos y de la existencia de un centenar, dicen, de presos políticos.

El inédito gesto de esta administración de utilizar para su show político el mismísimo salón de reuniones del Consejo Económico y Social de Naciones Unidas, muestra por un lado su desenfrenado propósito de imponerse por la fuerza en todos los escenarios, y por otra, su obsecada hostilidad contra Cuba, azuzada por Marcos Rubio y otras fuerzas anticubanas en los prolegómenos  de las elecciones de medio término en ese país, donde la Florida siempre se convierte en moneda de cambio de favores políticos.

Constituye una escalada en el ya agresivo planteamiento de la administración Trump contra Cuba -delineado en Miami en el discurso y la Directiva Presidencial del 16 de junio de 2017-, y una confirmación de que esta administración ha dejado atrás cualquier recato para hacer efectiva esa aberrante política. Lo mismo se puede inventar un “ataque sónico” que una campaña de “preocupación” por los derechos humanos. En este mundo de las posverdades, Washington acude a aquello de miente con descaro y repite, que algo queda.

Es una movida esperada en el contexto del equipo actual que dirige la política exterior del gobierno estadounidense. La llegada al Departamento de Estado del ex CIA Mike Pompeo -al que el diario El País implica junto a Marco Rubio en la invención de los supuestos ataques al personal diplomático estadounidense en Cuba-, y de John Bolton al selecto cargo de Asesor de Seguridad Nacional (el mismo personaje que estuvo involucrado en las mentiras de la guerra de Iraq y de la invención de los laboratorios de guerra biológica en Cuba), hacían previsibles, como escribimos hace meses, un arreciamiento de los ataques contra Cuba.

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Sumémosle a ello el reciente nombramiento por Bolton de Mauricio Claver-Carone como el nuevo Asesor de Seguridad para América Latina; un puesto al que llega con el único mérito de haber sido un asalariado del lobby anticubano, viviendo toda la vida de fundaciones, publicaciones y acciones financiadas por los multimillonarios fondos que el gobierno de Estados Unidos dedica cada año a las acciones subversivas e injerencistas contra Cuba. Toda una perla para la reejecución de la Doctrina Monroe por estos lares.

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