La noticia fue
una explosión de alegría. En las calles, los centros laborales y estudiantiles
se veían rostros iluminados, abrazos, besos incluso entre quienes quizá ni se
conocían y, por qué no, alguna que otra lágrima.
Era el tan
esperado cumplimiento de una palabra empeñada en el dos mil uno por el
Comandante en Jefe Fidel Castro, cuando afirmaba que nuestros compañeros, más
temprano que tarde, volverían. NO
importa lo que cueste y donde estén, afirmaba:¡VOLVERÁN!.
El General de
Ejército Raúl Castro, anunció este 17 de diciembre el fin de un camino largo y
difícil que puso a prueba, una vez más, las condiciones humanas y
revolucionarias del pueblo cubano y de sus héroes, quienes derrocharon decoro y
dignidad para enfrentar el duro encierro durante dieciséis años, teniendo como
fortaleza el amor a la Patria
y la confianza de que la
Revolución nunca ha abandonado a sus hijos.
EL VALOR DE LA SOLIDARIDAD.
Con la liberación de los tres héroes que aún se encontraban en
prisión, se cumplen sueños y esperanzas.
Mirta, la madre de Tony, por ejemplo, el deseo de Mirta de
abrazarlo aquí en nuestra Cuba, el de Elisabeth, esposa de Ramón, de ver toda
la familia nuevamente unida y hacer realidad lo que el héroe dijera de que al
regresar reconstruirían todos los sueños y anhelos aplazados, o los deseos de
Gerardo, de volver a regar con cariño a su “bonsái”, como le llama a la
amada Adriana.
En un día como el 17 de diciembre es imposible olvidar a quienes dieron su
solidaridad por la liberación de los antiterroristas cubanos, hombres y
mujeres de todo el mundo, incluyendo el estadounidense, que aportaron su
razón y sacrificio personal a la causa.
Y junto a esta alegría llevamos el recuerdo de quienes por
diversas razones NO están con nosotros, pero derrocharon sus fuerzas por la
libertad de los CINCO.
No hay comentarios:
Publicar un comentario